sábado, 1 de agosto de 2015

ENCUENTRO INTERNACIONAL DE LITERATURA FANTÁSTICA

Con más de 50 expositores, la Biblioteca Nacional se transformó por espacio de cuatro días (8 al 12 de Mayo) en el Hotel Overlook, en la nave espacial Nostromo, en el legendario castillo de Transilvania y en las ruinas de Carcosa. Por eso, y para dar por finalizada tamaña experiencia, transcribo parte de la letra de “Bad Things” (y el excelente tema) de Jace Everett que bien podría haber sido murmurada por la Dama de los Libros a todos los que atravesamos sus puertas vidriadas: 


“Cuando entraste aquí el aire salió.
Y cada sombra se llenó de duda.
No sé quién te crees que eres,
pero antes de que pase la noche:
quiero hacer cosas malas contigo”.




Bueno, eso se hizo en las mesas y en las ponencias dentro del Encuentro Internacional de Literatura Fantástica: cosas malas. Malas para el canon literario, malas para lo correctamente político, malas para los escritores que se refugian en sus torres de marfil y terminan fosilizados y leídos por unos pocos, eso sí, todos muy cultos. No nos olvidemos que nuestra literatura nacional se formó con el fantástico, el policial y el misterio. Sin descontar el gótico de Echeverría —una interesante interpretación de Pablo Ansolabehere y su idea de que el gótico europeo se trasladó (no a nuestra narrativa sino a nuestra poesía) si bien con un trasfondo político, pero terrorífico y sangriento como la mejor tradición folclórica de los cuentos macabros. 
Un gran reconocimiento a Mariana EnriquezMercedes Giuffré, Pablo Capanna, Tatiana Goransky Patricio Sturlese, Ángel Faretta, Soledad Quereilhac, Claudia Cortalezzi y muchos otros que siguen apostando por el border, por el desvío, por asomarse a la oscuridad que está más allá de la gran autopista iluminada de la Academia y, acá está lo bueno, vuelven para contarlo. 
(Nota aparecida el 12 de Mayo de 2015).

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