domingo, 29 de octubre de 2017

"AGOSTO" SUBRAYADO (ROMINA PAULA)



Hoy anduve un rato por tu casa, pero así, prácticamente desmelancolizada, sin tristeza ni humedad en los ojos anduve, entre tus cosas, revisando, mirando un poquito. Di con el cajón lleno de papelitos y cositas que tenés ahí, ese que tiene todo tipo de entradas de cine, invitaciones, cartitas, cositas, miles de cartitas mías, con boludeces, tantas boludeces por escrito, la reconstrucción de una historia de la estupidez, prácticamente, de la pavada, de la bobería. Y después cuadernos, todos empezados y nunca completados, con solo algunas cosas escritas, unas pocas, en una letra tensa. Eran pensamientos bajados frenéticamente, eso me pareció, que habían sido escritos en momentos de emoción, de arrebato, por la letra, porque era la tuya pero modificada, no como la del colegio, no como la de las cartas, llena de tachaduras, errores y arrepentimientos, volviendo sobre tus pasos, sobre tus palabras. Acá era todo de corrido, sin volver atrás, como si ni siquiera hubieses releído, por más errores que hubiera. Escribías sensaciones o sueños, no sé, cosas. Pero no era eso, no era lo que escribías lo que me sorprendió, incluso recordaba algunas de esas situaciones, supongo que me habías contado alguno de esos sueños. Lo raro es el tono, el cómo. Eso es lo raro. No hablabas así. Tampoco escribías así, no cuando le escribías a alguien, a mí por ejemplo. Son líneas llenas de angustia, de rabia, de odio casi, muy severas, con vos, con todo, pero sobre todo con vos. Tan severa con vos misma, madre mía, qué voluntad. Igual fue un hallazgo bastante feliz, quiero decir: estuvo bien. Te digo que primero me dio una extrañeza tremenda y angustia, de pensar que no te conocí realmente, aunque no, aunque eso sea una ridiculez también, porque vaya que te conocí, quién mejor que yo. Eso mismo fue lo que me gustó también, que hubiera cosas tuyas que yo no había llegado a conocer, eso me gustó, que no me hubieras dado todo, o mostrado, que hubiera cosas que te habías guardado para vos. Mirá que resultaste taimada.

Algo así como que quieren esparcir tus cenizas. Algo como que quieren esparcirte. 

Acá huele seco, a hierba, a hierbajo, a montaña y heno, huele a sur, un olor que apenas se deja percibir de tan seco que es, tan seco que casi impide la constitución, la posibilidad de un olor, de un aroma. Esta ausencia de humedad, esta succión, este frío, de verdad podrían llevarte a la locura, inducirte. La humedad, lo húmedo, hace que las cosas funcionen, se aglutinen, establezcan contacto. Con una larga exposición a estos fríos y a este seco, a estos fríos secos, las conexiones tarde o temprano dejan de funcionar y entonces te quiero ver con las centrales nerviosas, con los nervios, arreciados, con este desierto detrás de la frente.

Pulsión de muerte, eso me da, eso me dio siempre; pulsión de muerte. Algo así como un punto medio entre querer evitar y necesitar ir. Saber, escuchar, qué conviene/convendría retirarse y sin embargo no poder realmente, no poder evitarlo, e ir ir ir, como imantada, como imantada por algo.

Lo mismo que me atrae es lo que me deprime, ese es el dilema. Lo que me gusta me deprime, o me deprime lo que me gusta, no sé muy bien, no sé en qué orden.

¿Y vos?, me dijo entonces, quería saber en qué andaba yo, si estaba escribiendo, que muy poco le dije, que no tenía mucho tiempo en realidad, que el combo facultad-trabajo-novio no me dejaba mucho tiempo para mí. Y eso me hizo un poco de gracia, lo de tiempo para mí, si todas esas cosas, novio-estudio-trabajo, eran mías, eran yo, qué curioso que me refiriera, a todo, como cosas, como actividades que me alejaban o —por lo menos— distraían de mí misma. Me callé. Me quedó dando vueltas eso después. Tiempo para mí, qué habré querido decir con eso, a qué me habré referido exactamente con tiempo para mí.


Romina Paula nació en Buenos Aires, donde hizo sus estudios en teatro. Como escritora publicó las novelas ¿Vos me querés a mi? (Entropía, 2005), Agosto (Entropía, 2009) y Acá todavía (Entropía, 2016), y diversos cuentos en antologías. Como dramaturga y directora de teatro estrenó las obras Si te sigo, muero (basada en textos de Héctor Viel Temperley2005), El tiempo todo​ entero, Algo de ruido hace y Fauna.
También participó como actriz en numerosas películas argentinas como El estudiante (2011), Viola (2012), La princesa de Francia (2014) y El cielo del centauro (2015), entre otras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario