jueves, 6 de agosto de 2015

A TRAVÉS DE UNA CHICA, OSCURAMENTE

Muchas de las historias de James Tiptree Jr. —como la que da título a esta columna— poseen un ambiente que recuerda a la space opera y a las revistas pulp de ese entonces (ejemplares baratos y de baja calidad que se hacían con la pasta de papel sobrante de las imprentas en la década del '20 y del '30) que James leía en su juventud, aunque con un tono más oscuro: los viajes estelares de los personajes están a menudo vinculados con una fuerte alineación espiritual, o una experiencia trascendente que provoca una satisfacción, pero también la muerte. 
Alice Bradley Sheldon, tal era su verdadero nombre, no solo fue escritora de cuentos de ciencia ficción, también fue agente de la CIA, oficial de Inteligencia Militar, pintora, crítica de arte para el Chicago Sun y Doctora en Psicología Experimental por la George Washington University. Ganadora del Premio Nebula en 3 ocasiones; del Premio Hugo en 2 y del Locus en 3, fue también finalista en 12 oportunidades para recibir estos galardones, algo así como el Premio Nobel de la ciencia ficción. 
Con su seudónimo masculino, del cual sacó Tiptree de un frasco de mermelada, se carteó con grandes escritores del género, como Philip K. Dick, Harlan Ellison, Robert Silverberg y Ursula K. Le Guin, sin que ellos jamás lo supieran. En un prólogo que escribió para su libro "Mundos Cálidos y otros", el escritor Robert Silverberg se preguntaba a sí mismo por la obcecada manía de su autor preferido en no darse a conocer a sus pares. Decía en su prólogo "¿Quién es Tiptree? ¿Qué es Tiptree?". 

Tiptree ha elegido —quizás por un astuto sentido de las relaciones públicas, quizás por cierto componente secreto de su naturaleza— ocultar en el misterio su propia persona. La ciencia ficción es un campo en que los escritores se conocen naturalmente y en el que no es de ningún modo desusado que casi todos los amigos íntimos de un escritor sean también autores de ciencia ficción; sin embargo, no conozco a ningún miembro de la fraternidad de la ciencia ficción que se haya encontrado alguna vez con Tiptree ni a persona alguna que sepa cómo es o qué hace para ganarse la vida. A medida que su reputación crecía —como ha crecido durante 1970, 1971 y 1972 —se ha intensificado la curiosidad acerca del hombre que hay detrás de estos relatos, y en particular cuando se tornó evidente que se proponía mantener toda la intimidad posible en este universo literario notoriamente gregario. Escribe cartas, sí, muchas y vigorosas; pero la dirección del remitente es un apartado de correos de Virginia. No llama por teléfono a los editores o agentes ni a otros escritores. Si concurre a las convenciones de ciencia ficción, lo hace de incógnito.
Incitados por la obstinada insistencia de Tiptree en la oscuridad personal, los autores de ciencia ficción se han permitido las especulaciones más descabelladas. Se suele decir que su nombre verdadero no es Tiptree, aunque nadie sabe cuál es. (Es bastante plausible que Tiptree sea un seudónimo, pero tengo la esperanza de que no sea así. Me gusta el nombre y me agradaría que perteneciera por derecho de nacimiento al hombre que lo usa). Se ha sugerido que es una mujer, teoría que encuentro absurda porque hay para mí algo ineluctablemente masculino en sus narraciones. No creo que las novelas de Jane Austen puedan haber sido escritas por un hombre ni las de Ernest Hemingway por una mujer; del mismo modo creo que el autor de los cuentos de James Tiptree es un hombre. 

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