sábado, 10 de octubre de 2020

BEATLES CLÁSICOS

 


La música pop —y el rock and roll en primer lugar— tuvieron su eclosión a mediados de la década del 50 de la mano de Chuck Berry, Bill Halley, Carl Perkins y Elvis Presley, entre otros. Un sonido explosivo que vino a destronar de su sitial de privilegio a las edulcoradas melodías románticas y a las orquestas de salón de aquellas épocas.

John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr fueron influenciados desde Estados Unidos por el rock and roll de Chuck Berry, Bill Halley, Carl Perkins y Elvis Presley, entre otros, a través de los discos que llegaban a Liverpool. Superando estas primitivas sonoridades básicas y, tras 16 discos —un promedio de dos discos por año—, fueron ganando en complejidad hasta producir verdaderas obras maestras que fueron versionadas hasta el cansancio. Solo el tema “Yesterday” —del álbum Help!— tiene más de 2000 interpretaciones de otros artistas.

La bibliografía existente que estudia el fenómeno beatle —la beatlemanía—es muy vasta, pero muy pocos se animan a considerar su música como una obra clásica.

Ahora bien, cabría preguntarse cuáles son las definiciones de este término tan amplio. Para ello y recurriendo a diccionarios y enciclopedias, podríamos decir que clásico se refiere a:

a)      Aquello que corresponde a la clase o nivel más alto.

b)      Aquello que sirve como modelo o guía.

c)      Lo que posee interés, calidad o estilo duraderos.

d)     Una obra considerada definitiva.

e)      Algo que vale la pena recordar.

Todas estas definiciones encajan perfectamente a lo que puede considerarse como elementos preponderantes en la música de Los Beatles, pero no es por esto que su música pueda ser llamada clásica, excepto por los puntos b y d.                                                                                                    

Es  entonces que nos preguntamos: ¿por qué puede considerarse a Los Beatles dentro del género de música clásica? ¿Cómo pudo un grupo de adolescentes sin estudios de conservatorio y, aún más, sin saber leer partituras musicales, subir a lo más alto del podio junto a músicos de la talla de Mozart, Schubert o Fauré? ¿Cómo puede un conjunto de músicos, que empezó componiendo sencillas canciones de amor en formato de rock and roll primitivo, haber dejado canciones tan perfectas que pueden atravesar el tiempo como lo han hecho las composiciones de músicos tan prestigiosos; aquellos que hallaban inspiración en los silenciosos y majestuosos palacios vieneses de los siglos XVII y XVIII?

Una respuesta posible es que el clasicismo de Los Beatles no está en haber incorporado elementos propios de la música sinfónica, ya que muchos de los grupos de los llamados progresivos de los años 70 lo han hecho de una manera excelsa y, en algunos casos, insuperables —Yes, Emerson, Lake and Palmer; Génesis, Pink Floyd y muchísimos grupos progresivos imposibles de enumerar— sino que Los Beatles son clásicos porque lo que hicieron en cuanto a la composición, fue irreemplazable.

Tal como sucede con Schubert —por tomar un ejemplo— su melodía no puede cambiarse, armónica o rítmicamente, por algo equivalente. El piano de “La Trucha”, del compositor austríaco, es tan “La Trucha” como su melodía y su letra; por otro lado, la trompeta de “Penny Lane” y la orquesta de “A day in the life” de los músicos ingleses son, de la misma manera, indivisibles de otras versiones que puedan aparecer.

En el caso de Los Beatles, sus temas pueden ser muy populares cuando son interpretados por otros artistas, desde Frank Sinatra hasta Ray Conniff —lo que hace que se abriera el espectro de público—, pero las versiones de Los Beatles contienen un grado tal de elaboración que las acerca mucho más al mundo de la canción de cámara de tradición escrita, (recordemos que el uso de la notación musical es un método efectivo para la música especialmente cultivada).

Si bien hay diferencias entre las múltiples ejecuciones particulares que puedan hacerse de ellas, una obra de música clásica busca trascender cualquier interpretación musical.

Es a partir de los álbumes Rubber Soul y Revolver que Los Beatles dan un vuelco hacia el clasicismo y no es por su parecido con la música de neto corte clásico escrita hasta ese momento, sino por la funcionalidad y significación que las canciones empiezan a tener para la sociedad en su conjunto como lo hicieron en un primer momento la música renacentista, luego la barroca y, en nuestros días, la música clásica.

Esto se desprende del hecho que la obra de Los Beatles comenzó a plasmarse solo mediante partituras musicales.

A partir de su disco Sgt. Pepper and the Lonely Hearts Club Band, dejan las actuaciones en vivo y se “encierran” en el estudio para componer sus temas en formato de notación musical. Esos temas se hicieron para ser escuchados y no para ser interpretados, ya que su alto grado de elaboración los hacía irreproducibles en vivo, incluso para ellos mismos. Es por eso que el término clásico como una obra considerada definitiva y que sirve como modelo o guía (solo como modelo o guía, no como copia), se ajusta perfectamente a lo postulado.

¿Cómo lograron esto? Una respuesta posible es por la influencia de su productor George Martin, ya que fue el único que poseía estudios de conservatorio. Pero hay que considerar que el talento, la intuición o simplemente la inspiración solitaria o en conjunto, fue lo que produjeron tal cantidad de obras maestras. Al punto que el escritor Hanish Kureischi, nos cuenta una anécdota que dice que en 1968, cuando él tenía 13 años, su profesor de música les hizo escuchar en su clase el tema “She is leaving home” del álbum Sgt. Pepper. Luego les dijo que era imposible que esa canción la hayan compuesto Los Beatles, ya que eran un fraude, una banda de ignorantes, y que todo el disco fue producto del talento de George Martin. Al fin de cuentas, todo el mundo sabía que George Martin era el único con credenciales de músico serio. Pero el profesor de música se equivocaba, Los Beatles produjeron obras clásicas al margen de lo que pudo haberle enseñado su productor.

En definitiva, si Los Beatles fueron llamados por Allen Ginsberg —uno de los escritores más famosos de la llamada Generación Beat— “el paradigma de la nueva era” fue porque no solo removieron la sociedad con su nuevo modo de ver el mundo, sino que convirtieron su música, sin proponérselo, en una obra clásica. Y no fue por copiar a los maestros sinfónicos, sino porque fueron únicos e irrepetibles, tal como lo hicieron Mozart, Beethoven o Mahler que tampoco tenían intención de hacer música clásica, sino que hacían la música de ese momento, y que, sin lugar a dudas, hubiesen compuesto a la manera “beatle” si hubiesen  vivido en la década del 60.

 

 

 

Bibliografía

1)      Historia del rock – Diario El País – Madrid – 1993.

2)      Libro de los récords Guiness 95 – Editorial Voluntad -Colombia – 1995 pág. 157.

3)      Diego Fishermann – Revista Clásica 147 – 2000 pág. 26.

4)      Hanish Kureischi – Londres me mata – Editorial Anagrama.

 


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