La música pop —y el rock and roll en primer lugar— tuvieron su eclosión a mediados de la década del 50 de la mano de Chuck Berry, Bill Halley, Carl Perkins y Elvis Presley, entre otros. Un sonido explosivo que vino a destronar de su sitial de privilegio a las edulcoradas melodías románticas y a las orquestas de salón de aquellas épocas.
John Lennon,
Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr fueron influenciados desde
Estados Unidos por el rock and roll de Chuck Berry, Bill Halley, Carl Perkins y
Elvis Presley, entre otros, a través de los discos que llegaban a Liverpool.
Superando estas primitivas sonoridades básicas y, tras 16 discos —un promedio
de dos discos por año—, fueron ganando en complejidad hasta producir verdaderas
obras maestras que fueron versionadas hasta el cansancio. Solo el tema “Yesterday”
—del álbum Help!— tiene más de 2000
interpretaciones de otros artistas.
La
bibliografía existente que estudia el fenómeno beatle —la beatlemanía—es muy vasta, pero muy pocos se animan a considerar su
música como una obra clásica.
Ahora bien,
cabría preguntarse cuáles son las definiciones de este término tan amplio. Para
ello y recurriendo a diccionarios y enciclopedias, podríamos decir que clásico
se refiere a:
a) Aquello que corresponde a la clase o
nivel más alto.
b) Aquello que sirve como modelo o
guía.
c) Lo que posee interés, calidad o
estilo duraderos.
d) Una obra considerada definitiva.
e) Algo que vale la pena recordar.
Todas estas
definiciones encajan perfectamente a lo que puede considerarse como elementos
preponderantes en la música de Los Beatles, pero no es por esto que su música pueda
ser llamada clásica, excepto por los puntos b y d.
Es entonces que nos preguntamos: ¿por qué puede
considerarse a Los Beatles dentro del género de música clásica? ¿Cómo pudo un
grupo de adolescentes sin estudios de conservatorio y, aún más, sin saber leer
partituras musicales, subir a lo más alto del podio junto a músicos de la talla
de Mozart, Schubert o Fauré? ¿Cómo puede un conjunto de músicos, que empezó
componiendo sencillas canciones de amor en formato de rock and roll primitivo,
haber dejado canciones tan perfectas que pueden atravesar el tiempo como lo han
hecho las composiciones de músicos tan prestigiosos; aquellos que hallaban
inspiración en los silenciosos y majestuosos palacios vieneses de los siglos
XVII y XVIII?
Una
respuesta posible es que el clasicismo de Los Beatles no está en haber
incorporado elementos propios de la música sinfónica, ya que muchos de los
grupos de los llamados progresivos de los años 70 lo han hecho de una manera
excelsa y, en algunos casos, insuperables —Yes, Emerson, Lake and Palmer;
Génesis, Pink Floyd y muchísimos grupos progresivos imposibles de enumerar—
sino que Los Beatles son clásicos porque lo que hicieron en cuanto a la composición,
fue irreemplazable.
Tal como
sucede con Schubert —por tomar un ejemplo— su melodía no puede cambiarse,
armónica o rítmicamente, por algo equivalente. El piano de “La Trucha”, del
compositor austríaco, es tan “La Trucha” como su melodía y su letra; por otro
lado, la trompeta de “Penny Lane” y la orquesta de “A day in the life” de los
músicos ingleses son, de la misma manera, indivisibles de otras versiones que puedan
aparecer.
En el caso
de Los Beatles, sus temas pueden ser muy populares cuando son interpretados por
otros artistas, desde Frank Sinatra hasta Ray Conniff —lo que hace que se abriera
el espectro de público—, pero las versiones de Los Beatles contienen un grado
tal de elaboración que las acerca mucho más al mundo de la canción de cámara de
tradición escrita, (recordemos que el uso de la notación musical es un método
efectivo para la música especialmente cultivada).
Si bien hay
diferencias entre las múltiples ejecuciones particulares que puedan hacerse de
ellas, una obra de música clásica busca trascender cualquier interpretación
musical.
Es a partir
de los álbumes Rubber Soul y Revolver que Los Beatles dan un vuelco
hacia el clasicismo y no es por su parecido con la música de neto corte clásico
escrita hasta ese momento, sino por la funcionalidad y significación que las
canciones empiezan a tener para la sociedad en su conjunto como lo hicieron en un
primer momento la música renacentista, luego la barroca y, en nuestros días, la
música clásica.
Esto se
desprende del hecho que la obra de Los Beatles comenzó a plasmarse solo
mediante partituras musicales.
A partir de
su disco Sgt. Pepper and the Lonely
Hearts Club Band, dejan las actuaciones en vivo y se “encierran” en el
estudio para componer sus temas en formato de notación musical. Esos temas se
hicieron para ser escuchados y no para ser interpretados, ya que su alto grado
de elaboración los hacía irreproducibles en vivo, incluso para ellos mismos. Es
por eso que el término clásico como una obra considerada definitiva y que sirve
como modelo o guía (solo como modelo o guía, no como copia), se ajusta
perfectamente a lo postulado.
¿Cómo lograron
esto? Una respuesta posible es por la influencia de su productor George Martin,
ya que fue el único que poseía estudios de conservatorio. Pero hay que
considerar que el talento, la intuición o simplemente la inspiración solitaria o
en conjunto, fue lo que produjeron tal cantidad de obras maestras. Al punto que
el escritor Hanish Kureischi, nos cuenta una anécdota que dice que en 1968,
cuando él tenía 13 años, su profesor de música les hizo escuchar en su clase el
tema “She is leaving home” del álbum Sgt.
Pepper. Luego les dijo que era imposible que esa canción la hayan compuesto
Los Beatles, ya que eran un fraude, una banda de ignorantes, y que todo el
disco fue producto del talento de George Martin. Al fin de cuentas, todo el
mundo sabía que George Martin era el único con credenciales de músico serio.
Pero el profesor de música se equivocaba, Los Beatles produjeron obras clásicas
al margen de lo que pudo haberle enseñado su productor.
En
definitiva, si Los Beatles fueron llamados por Allen Ginsberg —uno de los
escritores más famosos de la llamada Generación Beat— “el paradigma de la nueva
era” fue porque no solo removieron la sociedad con su nuevo modo de ver el
mundo, sino que convirtieron su música, sin proponérselo, en una obra clásica.
Y no fue por copiar a los maestros sinfónicos, sino porque fueron únicos e
irrepetibles, tal como lo hicieron Mozart, Beethoven o Mahler que tampoco
tenían intención de hacer música clásica, sino que hacían la música de ese
momento, y que, sin lugar a dudas, hubiesen compuesto a la manera “beatle” si hubiesen
vivido en la década del 60.
Bibliografía
1) Historia del rock – Diario El País –
Madrid – 1993.
2) Libro de los récords Guiness 95 –
Editorial Voluntad -Colombia – 1995 pág. 157.
3) Diego Fishermann – Revista Clásica
147 – 2000 pág. 26.
4) Hanish Kureischi – Londres me mata –
Editorial Anagrama.
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